Auster es el cuarto autor anglosajón que se alza con el galardón tras Doris Lessing, Arthur Miller y Susan Sontag.
"(...) por la renovación literaria que ha llevado a cabo al unir lo mejor de las tradiciones norteamericana y europea, innovar el relato cinematográfico e incorporar a la literatura algunas de sus aportaciones. Con su exploración de nuevos ámbitos de la realidad, ha conseguido Auster atraer a jóvenes lectores, al dar un testimonio estéticamente muy valioso de los problemas individuales y colectivos de nuestro tiempo".
-Acta del Jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2006-
El Leviathan... (fragmento)
Algunas semanas se permitía hacer lo que ella llamaba la "dieta cromática", limitándose a alimentos de un sólo color cada día. Lunes, naranja: zanahorias, melones, cantalupo, camarones cocidos. Martes, rojo: tomates, caquis, carne tártara. Miércoles, blanco: lenguado, patatas, requesón. Jueves, verde: pepinos, brócoli, espinacas. Y así sucesivamente hasta llegar a la última comida del domingo. Otras veces hacía divisiones semejantes basadas en las letras del alfabeto. Pasaba días enteros bajo el hechizo de la b o la c o la w, y luego, tan repentinamente como había empezado, abandonaba el juego y pasaba a otra cosa. Estos no eran más que caprichos, supongo, mínimos experimentos con la idea de la clasificación y el hábito, pero otros juegos similares podían durar muchos años.
La habitación cerrada, de Trilogía de Nueva York (fragmento)
" Vagabundeé mentalmente durante varias semanas, buscando la manera de empezar. Toda vida es inexplicable me repetía. Por muchos hechos que cuenten; por muchos datos que se muestren, lo esencial se resiste a ser contado. Decir que fulanito nació aquí y fue allá; que hizo esto y aquello, que se casó con esta mujer y tuvo estos hijos, que vivió, que murió, que dejo tras sí estos libros o esta batalla o ese puente, nada de eso nos dice mucho. Todos queremos que nos cuenten historias, y las escuchamos del mismo modo que las escuchábamos de niños. Nos imaginamos la verdadera historia dentro de las palabras y para hacer esto sustituimos a la persona del relato, fingiendo que podemos entenderle porque nos entendemos a nosotros mismos. Esto es una superchería. Existimos para nosotros mismos, quizá, y a veces incluso vislumbramos quiénes somos, pero al final nunca podemos estar seguros, y mientras nuestras vidas continúan; nos volvemos cada vez más opacos; más y más conscientes de nuestra propia incoherencia. Nadie puede cruzar la frontera que lo separa del otro por la sencilla razón de que nadie puede tener acceso a si mismo. "
Brooklyn Follies, primer párrafo
Estaba buscando un sitio tranquilo para morir. Alguien me recomendó Brooklyn, de manera que al día siguiente salí de Westchester y fui para allá a reconocer el terreno. No había vuelto en cincuenta y seis años, y no me acordaba de nada. Mis padres se habían ido de la ciudad cuando yo tenía tres años, pero el instinto me llevó al barrio donde habíamos vivido, arrastrándome como un perro herido al lugar donde nací. Un empleado de una agencia inmobiliaria de la zona me enseñó media docena de pisos en edificios de piedra rojiza, y a última hora de la tarde había alquilado un apartamento de dos habitaciones con jardín en la calle Uno, sólo a media manzana de Prospect Park.
Enlaces:
Definitive Website de Paul Auster
¡Esto es Brooklyn!, un blog sobre Paul Autser
Premios Príncipe de Asturias